8 de marzo de 2022

Amor

 La alumna Ángela Ortega Martínez de 1ºBach de Ciencias ha realizado el siguiente texto sobre el amor. Como veremos a continuación,  a través de autores y obras célebres, Ángela reflexiona sobre este sentimiento de manera magistral. 
Es una redacción realizada con mucho amor, tal y como nos dice ella. Seguro que a todos nos ilustra y nos hace pensar en cómo amamos. 

AMOR

 Amor. 

 El amor es un concepto subjetivo, el cual aletea en nuestras cabezas como un pájaro desorientado. El amor se expresa como una palabra que abarca muchos significados, todos y cada uno de ellos con su propia verdad. Todos sabemos qué es, o qué puede ser el amor, desde un bebé el cual escasea de conocimientos para andar, hasta un anciano ermitaño cuya paz reside en la calma y el silencio de la meditación. 

 Habrá individuos cuya verdad hacia el amor sea el de un sentimiento tan pleno, irremediable e incandescente, como una amapola que florece al son de los primeros rayos de sol de la rutinaria alba. Otros individuos, sabrán responderte con adjetivos negativos, tales como una pesadilla horrenda y pavorosa, la cual no quieren volver a experimentar. Todo a fin de cuentas depende del criterio propio de cada humano.

  Hay almas cuyo concepto andan buscando incesablemente entre cuerpo y cuerpo, soñando encontrar el sentimiento de la feliz plenitud amorosa en lo carnal, lo lujurioso, lo sexual. Otras personas simplemente desean el amor propio, y buscan la manera de saber sentirlo en ellos mismos, intentando incesables veces detener el odio que abarcan sus seres. Hay humanos cuyo sentimiento de amor es nulo, mas aman el odio y la desesperación humana, tales como criminales, y hay personas que simplemente han dejado su vida en un plano secundario por amor (u obsesión, la cual suelen confundir ciegamente con ese término que les hace perder la cabeza).

  Al final, todos tenemos en nuestras mentes una idea de qué es o puede ser el amor. Así pues, el amor ha estado presente en todos y cada uno de los humanos, desde el inicio de los tiempos, más concretamente, desde el homo heidelbergensis, cuando comenzamos a desarrollar las relaciones estrechas y las emociones, hasta estos tiempos actuales (aunque, según Einstein, el tiempo es relativo). El sentimiento del amor, así pues, es tan extenso y abstracto, que abarca por igual el campo de la medicina. Todos amamos, sea en mayor o menor cantidad, sea lo que sea; un recuerdo, una persona, un animal, etc. 

   De otro modo, la razón por la que quise escribir esta redacción es debido a una pregunta la cual llegué a plantearme hace mucho tiempo:

 ¿Hasta qué límite puede llegar el amor?

  Principalmente, el término amor se denomina como un sentimiento de afecto y cariño hacia una persona, lugar, objeto, etc. Así pues, también puede determinarse como una atracción emocional o sexual hacia alguien, entre muchos otros significados que puede recoger la RAE. Esos son significados que nosotros, los humanos, hemos aplicado hacia el concepto “amor”. No obstante, esas definiciones suenan diferente en las mentes de cada persona.

    Un claro ejemplo de un significado ligeramente distinto del amor es el de Platón.

  Como dictaba Platón, “el amor es sentir que el ser sagrado late dentro del ser querido”. Sabias palabras. Platón entendía el concepto del amor como aquella voluntad o incentivo que nos conduce a intentar percibir y admirar la belleza en sí, abarcando el amor hacia la belleza puramente física, espiritual, sexual… hasta culminar el conocimiento apasionado e improfanable de la belleza misma. Adicionalmente, esta idea se halla en el mundo de las ideas, aquel mundo cuya perfección es inmaculada tal y como una pulcra utopía. Al hallarse en tal mundo, y no en el mundo material, se define ese amor platónico como un amor inalcanzable o irreal. Un amor imposible. Ese es el concepto del amor del que más conocimiento se tiene, filosóficamente. No obstante, se puede interpretar el amor de más formas como bien mencioné antes, así como el agape, un amor inocente, puro, sin ánimos de maldad e incondicional, o el eros, un amor el cual baila al son de la atracción sexual y carnal. 

    Al haber distintos conceptos de amor, al igual que distintas mentes pensantes, el resultado de factor más factor, da lugar a productos diferentes unos de otros. En este caso pues, no es el orden de los factores lo que altera el producto, sino el entendimiento y la comprensión de los factores en sí. 

 Esto, pues, podría dar resultados positivos o negativos. Abarquemos distintos conceptos de amor para entenderlo. 

   Se puede llegar a alcanzar un amor pleno, sano, que te satisfaga y te llene de felicidad. Ese es un buen uso del amor. Un amor que te alegre, te haga pisar el cielo, te agrade. Un amor sano que te haga estar en paz. Ese amor puede rodearte en un cálido abrazo, y, por ende, ese es el concepto de amor el cual la mayor parte de los humanos tenemos constancia y conocimiento o experiencia. Aquí, el “producto” resulta ser positivo y bueno. Lo suficientemente bueno como para repercutir de manera óptima. En este caso, si hablamos de un amor entre personas, o una pareja, se sobreentiende ese concepto de amor como “respetar y ser respetado. Hacer feliz y agradar al otro individuo”, no obstante, esta definición puede ser subjetiva para la persona que esté leyendo mi redacción ahora mismo.

 Sin embargo, hay personas con una diferente idea del amor, los cuales piensan que el amor abarca acciones como prevenir a tu pareja de la bella libertad (“el fin justifica los medios”, tal y como Maquiavelo dictó). Se priva de la libertad, se grita, se violenta, se manipula al gusto y necesidad de uno mismo la debilidad y el miedo de la otra persona. Todo por y para el amor. Digamos, pues, ahí el producto es negativo. Ahí pues, el amor en esta situación significa “Eres de mi propiedad”. 

 A veces el tan dicho amor puede llegar a asesinatos, suicidios u homicidios.

 Tales atrocidades por amor, y quizás, pues, no sea amor sino maldad, obsesión, psicopatía, que se engloba y esconde usando ese concepto, y que hace crecer en la(s) otra(s) persona(s) ese significado de amor muy extremista y delicado. Este es un problema que muchas veces no se detecta hasta ya ser muy tarde. Inclusive, se pueden dar ejemplos literarios de estas barbaries.

   Si recordáis el final de La Celestina de Fernando de Rojas o Romeo y Julieta de William Shakespeare, tanto Melibea como Julieta, acaban quitándose desgarradoramente la vida al percatarse de que sus enamorados habían muerto, ambas de manera trágica (O incluso sin necesidad de involucrar a una tercera persona, Narciso en la mitología griega, murió de manera trágica por igual, reflejándose en el charco de un estanque para admirar su belleza, donde finalmente cayó y se ahogó). La justificación de las muchachas ante tales acciones, es por amor. Tales justificaciones extremistas dan que pensar y, pese a ser épocas diferentes a la actual, el concepto de amor varía drástica y dramáticamente. Por ello, se podría pensar que el amor y la obsesión van ligeramente ligados, pues las obsesiones provienen de un núcleo principal: El amor y gusto hacia algo o alguien. Esa sensación de dependencia que va lenta y casi invisiblemente convirtiéndose en asfixiante necesidad la cual solamente puedes saciar y calmar en presencia de aquello que te hace perder la cordura, tal y como una droga.

   Adicionalmente, sin mencionar los suicidios y/o muertes, si observamos la historia de Apolo y Dafne, se puede apreciar notablemente el loco amor de Apolo hacia Dafne, ese arrebato de obsesión que impide a Dafne vivir con tranquilidad.

   Una obsesión, no obstante, es una enfermiza sensación de dependencia y angustioso sinvivir, opacado por el tan romántico y bello término “amor”. 

  Podríamos ligar este concepto por igual con la religión. Se llegan a cometer tales atrocidades sangrientas como homicidios hacia inocentes ciudadanos, debido al exclusivo motivo de un incondicional amor y devoción hacia Dios. Se genera cierta obsesión hacia el “llegar al más allá” y satisfacer al divino y misericordioso Dios, ojo, todo desde el incondicional “amor” de un creyente hacia el Señor. Estos incidentes, son los que me hace cuestionarme hasta qué limite se puede llegar cuando se usa el término “amor”. Sinceramente, llamaría a esto un loco amor. Una obsesión, así como cité previamente. 

 ¿Qué hay de los adoctrinamientos de siglos pasados, todo por el devoto amor hacia Dios? ¿Cuánta manipulación ha habido hace siglos, y todo por el “amor” y la admiración hacia Dios? ¿Cuántas personas han sido asesinadas a sangre fría por amor hacia Dios? Aun así, no hay necesidad de que todo esté relacionado directamente con Dios. Miles de asesinatos han ocurrido por amor a lo largo del tiempo, “si no te puedo tener, nadie más podrá”, llevados a un extremo quizás no tan metafórico.

 Llegados a este punto, y sin ánimos de querer llevar este ensayo filosófico acerca del amor hacia un punto más lejano del cual nos situamos ahora, concluyo esta redacción, dictando que el amor es una idea abstracta la cual puede ser interpretada a gusto y necesidad de cada persona, mas tiene un poder exclusivamente inexpugnable el cual es difícil de domar para algunos humanos. Repito pues, en el amor, no es el orden de los factores el que altera el producto, sino la comprensión de estos. 

 Muchas gracias por la atenta lectura que se ha realizado a través de los pensamientos filosóficos de una estudiante de tan bella asignatura como es la filosofía. 

 Escrito con mucho amor por Ángela Ortega Martínez. 

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